sábado, 5 de noviembre de 2011

5 de Noviembre.




Abrió los ojos y el sol la cegó momentaneamente, como casi todas las mañanas, es lo que tiene vivir en un lugar donde siempre brilla el sol.
Llevaba un rato en la cama, despierta, dándole vueltas a la cabeza como otros muchos días.Retiró las sábanas con los pies descalzos intentando despegar el calor de la noche y refrescar el sudor que tenía en la espalda.
Viendo que era algo inútil decidió al fin salir de la cama, no sin antes decirse a si misma la frase que se decía día tras día , como un rezo, algo mecánico de lo que empezaba a cansarse, "otro día más, tranquila, ya falta menos para que acabe".
Bajó a la cocina con movimientos torpes, típicos de cuando aun estas despertando y tus sentidos van algo más lentos de lo normal.
-¿ No desayunas?- Preguntó la madre con esa mirada de preocupación a la que ya estaba acostumbrada.
-Nunca desayuno, ya lo sabes, además esta mañana no tengo hambre.- Siendo sincera nunca la tenía.
Consiguió escaparse de su madre y se fue a la habitación e hizo lo de cada mañana,encender el ordenador y mirar una red social.
Como una drogadicta de esa pequeña ventana al mundo, un mundo irreal, donde todo el mundo es más gracioso, más inteligente, más interesante de lo que realmente son.
- No soy más nada, al contrario, me siento menos cuando veo tanto más.- Pensó, asociando su frase a cierta ley matemática lo cual provocó una sonrisa.
- ¿Seré yo una de las que parece más, cuando realmente es menos?.
El pensar que esta podía ser su idea la aterrorizó, buscó torpemente entre las pestañas hasta que finalmente la encontró, estaba bien escondida para dificultar esta decisión.
"Desactivar cuenta", pulsó el botón no sin cierto remordimiento y sentimiento de que el mundo la iba a excluir.
"Alegue un motivo", pensó varios pero escribió el real.
"Me he cansado de torturarme viendo fantasmas y creando historias de las que ni siquiera me siento protagonista, dejo de ser más para ser menos pero una menos libre de cadenas y aires de grandeza".
Cerró por última vez esa página y apagó el ordenador con una sonrisa en la cara. Una sensación de libertad le llenó el corazón y le hizo respirar más fuerte, hasta llenar por completo los pulmones, demasiado pequeños para su cuerpo. Finalmente se levantó y se fue a desayunar.
La frase de cada mañana cada vez sonaba más débil en su cabeza.

Oporto, septiembre 2011

Este texto está sacado de uno de los cuadernos donde escondo mi mundo.

1 comentario:

  1. no lo escondas más! de cada rincón de uno mismo pueden salir grandes cosas, es cuestión de mostrarlas cuando llegue el momento!

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